Tramitar una licitación es costoso. Tanto para el órgano de contratación como para los licitadores. Implica mucho tiempo y muchas partes, lo que se traduce en salarios. Estos costes que en una licitación de mucho importe quedarían diluidos tienen un gran impacto en licitadores de valor estimado muy reducido que si bien por importe encajarían...